lunes, 4 de enero de 2010

Ellos seducidos y abandonados por mí.

Abandonar nunca es fácil, siempre que alguien se enamora tienes que hacer de las palabras una sutileza.

Empecemos por tanto con el papel de la seductora.


La chispa de inocencia.

Empecemos por su nombre, se llama Gerardo. Nacido en Ecuador, de estatura media, moreno y con unos ojos realmente encantadores.

Todo empezó en una tarde de otoño, yo iva guapa con mi larga gabardina negra y mis botas grises para la lluvia.

Había quedado con el en el centro de Madrid, todo iva genial, se repitieron mas tardes así.

Teníamos muchas cosas en común; cosas personales, gustos musicales iguales, hasta sabíamos hacer lo mismo.

Al principio todo fue maravilloso, hasta que un día me cansé, cuando hablaba con el se acababan los temas de conversación, ya no había mas ganas de reír, pero el seguía haciendo sus bromas, como siempre.

Desde ahí, me llamaba siempre, hasta que yo no volví a coger.

Fué algo alarmante para mi.



Un tanto extraño.

Geovanny, de nacionalidad Italiana, se dedicaba firmemente a sus estudios, aveces hacía guardia en un aparcamiento.

Un día pasaba justamente por la calle donde está el parking, y me hecho una mirada que me dejo atónita y empezé a caminar con mas lentitud.Hasta que se levanta y me pide mi numero con tal gentileza que cedí a dárselo.

Al cabo de una semana me llamo y empezamos a salir.

Pero yo estaba de vacaciones en su ciudad, en Caracas, Venezuela. Me tenía que ir a la semana siguiente y no sabía que decirle.

Me llevó a hoteles, a sitios realmente hermosos, que cualquier chica hubiese querido ir y con una compañía estupenda.

Llegó el sábado y me tenía que marchar, le escribí una carta y se la deje a un compañero suyo antes de que llegara al trabajo.

La verdad es que no supe como reaccionar.


El señor diplomacia.


Español, atractivo, cejas muy marcadas, y una nariz perfecta. Se llamaba Javier, se estaba graduando de ingeniero electricista.

Todo fluyó por la tele un día estaba viendo el diario de Patricia, y salió el contando su historia, de que estaba mal con su madre, algo así, no recuerdo con exactitud.

Llamé al programa para averiguar los nombres de los figurantes, y pregunté por aquel chico. Dí mi numero de teléfono y esperé ansiosamente su llamada.

Y así fue, me llamo al día siguiente le dije que estaba interesada en el y que me gustaría invitarlo a un café.

Hablamos de todo un poco, en menos de un día no podía creer que había conocido mitad de su vida, y el de la mía.

Pasaron los meses hasta que me entero por una amiga en común, que su ex lo seguía buscando y que yo sin enterarme, el había vuelto con ella.

Yo decidí apartarme al fin y al cabo ella estaba antes que yo, el me decía que le disculpara, en realidad no supe mas de el, porque no le di mucha importancia.


Tan dulce como la miel.


Se llama Luis Miguel, me encantó su dulce rostro al conocerle (por foto), tenía una sutileza única.

Le conocí rastreando por internet, estuve hablando con el un par de días, viendonos por la cámara web y hablando por teléfono.

No bastaron mas días para saber que teníamos que vernos y probar el uno del otro los dulces labios que nos esperaban.

Esa noche de invierno, estuve con el en un hermoso parque lleno de luces, nos besamos, fue hermoso.

Siempre me susurraba al oído; "qué dulces son tus labios" y yo le repetía lo mismo.

Me encantó solo por ese día, luego cuando llegué a casa todo fue normal… me conecté al Messenger y el me hablaba pero realmente ya no me interesaba.

El me pidió una explicación, que porque ya no le decía lo mismo de antes, que porque yo ya no mostraba ese interés posterior. Yo no le respondí nunca, tal vez fui idiota, tal vez no sabia que hacer.


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